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Una escuela de arte, haciendo pedagogía


 

En el corazón del departamento de Risaralda, conocido por su riqueza natural y su vibrante vida cultural, surge una necesidad crucial para potenciar el talento y la creatividad de sus jóvenes: una escuela de arte. La creación de una Escuela con alto sentido de sensibilidad dedicada a los conocimientos pedagógicos de las ciencias humanas, no solo fortalecería el panorama cultural de la región, sino que también ofrecería una serie de beneficios sociales y económicos que merecen ser destacados, ya que será direccionada por más de cuarenta profesionales, maestros mujeres y hombres, que vienen formándose en las aulas, talleres de las universidades más importantes de la región, del país y del mundo, para traernos y compartir todo su acervo cultural, ese conocimientos diverso, amplio y democrático para compartir con las diferentes comunidades, edades y ciudadanía en general, que permita tejer de manera horizontal, un lenguaje que consienta cuidar la vida y crear una visión fresca y nueva de país. Es de anotar que esta selección de maestros en las distintas áreas del arte, fue una elección seria, con perfiles coherentes a la necesidad, adicional a una política de la transparencia, la equidad y la igualdad. 

 

Esta escuela de arte en Risaralda brindará a los jóvenes de la región la oportunidad de desarrollar sus habilidades artísticas en un entorno y con sus mismos lenguajes e idiosincrasia de manera cultivada. Actualmente, muchos niños, jóvenes y adultos de la tercera edad, con talentos sobresalientes en áreas como las artes visuales, la música, la danza, teatro, circo, literatura entre otros, se ven obligados a desplazarse a otros municipios o incluso a veredas y corregimientos, para recibir una educación no formal en artes. Esto no solo es un desafío logístico y económico para las familias, sino que también puede resultar en la pérdida de talento local. Una escuela de arte local permitiría que estos niño, jóvenes y adultos mayores se desarrollen y prosperen sin tener que abandonar su comunidad. Las artes son un vehículo esencial para la expresión cultural y la preservación de la identidad local. Risaralda, con su rica herencia indígena, negra y mestiza, tiene un patrimonio cultural único que puede ser mejor comprendido y celebrado a través de las artes. Una escuela de oficio no solo ofrecería formación en técnicas artísticas modernas y contemporáneas, sino que también podría incluir programas dedicados a la investigación y la preservación de las tradiciones culturales locales (patrimonio arquitectónico, cultural y la amorosidad por la tierra etc.) Al fomentar una apreciación más profunda de la cultura regional, se fortalecería el sentido de identidad y pertenencia entre los habitantes de Risaralda.


La inversión en una escuela de arte por parte de la gobernación de Risaralda a través de la secretaria de Deportes, Recreación y Cultura, la dirección de cultura, bajo la batuta del escritor y cultor doctor Andrés García y su excelente equipo de trabajo, puede tener un impacto positivo significativo en la economía local, las industrias creativas, incluyendo el arte y la cultura, motores importantes del crecimiento económico. Los artistas locales formados adecuadamente pueden contribuir al desarrollo de industrias culturales que generan empleo y atraen turismo. Además, eventos culturales como exposiciones, conciertos y festivales organizados por la escuela, pueden convertirse en atractivos para visitantes y turistas, impulsando así el comercio y la actividad económica en la región.


Las artes tienen el poder de transformar vidas y comunidades. Al ofrecer oportunidades educativas en artes a jóvenes de diversos contextos socioeconómicos, una escuela de arte puede ser un espacio de inclusión social y cohesión comunitaria. La participación en actividades artísticas puede ayudar a mejorar la autoestima, la disciplina y las habilidades de trabajo en equipo de los niños, jóvenes y adultos mayores, al tiempo que les proporciona un canal constructivo para expresar sus emociones y experiencias.

 

Más allá de la formación técnica en disciplinas artísticas, a través de procesos interesantes y proyectos contextuales como laboratorios, serán un pilar coherente enmarcado en la Política Pública cultural de Risaralda, un manual que dice y plantea un marco administrativo, de contenidos y económico, para que el arte y la cultura, a través de una escuela de arte, también contribuiría al desarrollo de habilidades transversales importantes, como el pensamiento crítico, la creatividad y la resolución de problemas. Estas habilidades son valiosas no solo en el campo de las artes, sino en múltiples áreas profesionales y académicas. La educación artística fomenta una mentalidad innovadora y adaptable, crucial para enfrentar los desafíos del siglo XXI.


 

La creación de la Escuela Popular de Arte –EPA- de Risaralda representará, un avance significativo para la región, proporcionando un espacio dedicado al desarrollo artístico, cultural y económico. Este tipo de institución culturales no solo enriquecería la vida cultural del departamento, sino que también ofrecería oportunidades valiosas para los niños, jóvenes y adultos mayores, fortalecería el tejido social y económico de la región. En definitiva, una escuela de arte en Risaralda no es solo una inversión en el presente, sino en un futuro lleno de creatividad y prosperidad para toda la comunidad.


Escribe: JAMES LLANOS GÓMEZ*














*Pintor, artista plástico y uno de los artistas más relevantes a nivel nacional. Curador de la Sala "Carlos Drews Castro".

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