Escribe: CARLOS ALFREDO CROSTHWAITE FERRO*
El municipio de Pereira administrado en sus últimas décadas por una camada de dirigentes dedicados a gobernar para sus propios intereses y el de los que los financian o los que compran despachos y entidades públicas, modalidad que viene imponiéndose a lo largoy ancho del país, pierde sus áreas de cesión y espacio público, las que una vez ordenadas o causadas no tienen responsable alguno. En los mismos despachos se generan las condiciones para que su traspaso no se de, desaparecen los documentos que certifican y ordenan la elaboración de las respectivas escrituras y que las áreas entregadas correspondan a las acordadas en los respectivos actos administrativos.
Existe una banda de tierreros que se han dedicado por muchos años a apropiarsen de estás superficies o espacios públicos, que de paso hay que recordar que son imprescriptibles e inmutables por norma constitucional. Se han robado mediante artimañas valiosos predios urbanos y rurales a la vista de todos. No hay autoridad, los organismos de control guardan silencio por miedo muchas veces y por complicidad en otras.
Y después se dan golpes de pecho y gritan por la falta de espacio público. Para la muestra, la forma como desaparecieron las áreas de la Villa Olímpica de Pereira, le cayeron como gallinazos y no dejaron nada, las traspasaron irregularmente, por precios de remate, los que también desaparecieron, pues aquí en Colombia la actividad pública es para delinquir.
*Dirigente cívico y político. Ex concejal de Pereira por el Polo Democrático Alternativo.
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