Escribe: JUAN CARLOS VALENCIA MONTOYA*
Me correspondió ser Ponente del proyecto de Ordenanza que autorizaba al Gobernador de ese momento, Sigifredo Salazar, para que Risaralda fuera parte de una Región Administrativa de Planeación - RAP; desde la Asamblea Departamental lideramos debates y foros donde se escuchó a las universidades, a los gremios, a la sociedad en general con el fin de escoger lo que denominé "pareja de baile", era dejar de pensar en un departamento pequeño y empezar a hablar de regiones; hubo posiciones divididas, unos planteaban asociarnos con Caldas y Quindío, otros con el Chocó y Valle, incluso con Antioquia (está última quedó descartada porque ellos creían que como departamento ya eran región); al final, el gobernador quedó facultado y escogió la mejor, avanzar como Región Cafetera (Caldas, Quindío y Risaralda).
Cada departamento apropiaba el 0.7% de los Ingresos de Libre Destinación para su funcionamiento y nació la RAP - Región de Planeación Administrativa del Eje Cafetero como Ordenanza 05 de 2019.
Hoy, 3 años después, creo que no hemos entendido por qué se creó, ni para qué sirve, mucho menos a dónde nos puede llevar. Si hiciéramos una encuesta, se rajaría la RAP en el conocimiento que los ciudadanos tienen de su existencia, incluso que ya no son 3 sino 4 los departamentos que la integran; a última hora y por la puerta de atrás entró Tolima, sin ningún debate en las Asambleas, sin consultar la sociedad civil, lo critiqué cuando fui Diputado, más que por fuero de la Corporación porque se desconoce la importancia que el ciudadano sea involucrado en tan importante decisión.
Por ahora, es una entidad de Planeación no de ejecución, es revivir el viejo Corpes de Occidente, entidad que le daba luz a la planeación regional; en principio se busca un tercero que nos obligue a pensar por encima del territorio departamental, es entender que tenemos propósitos que superan nuestro territorio y debemos actuar en consonancia, pero si nos quedamos ahí no veremos el faro al final, una Colombia por Regiones, el viejo sueño de una Colombia Federal donde el centro no asfixie a los territorios, donde cada territorio pueda volar según sean sus expectativas, capacidades y compromisos. El centralismo Colombiano afecta incluso a la fría Bogotá, porque desde Palacio no tienen los mismos sueños, prueba de ello es un Metro que lleva décadas planeándose y aún no se ve, excepto en la publicidad gubernamental.
De la RAP pasaremos a la Ejecutiva - REP, porque los departamentos tienen tan pocas funciones que a veces actúan como abuelos ricos, nada les obliga, porque para cumplir las funciones están los municipios. En un futuro, los departamentos desaparecerán, en cuánto tiempo no lo sé, la ley de la RAP se demoró casi treinta años después de la constitución del 91, vendrá la REP, ¿estaremos preparados o nos quedaremos aullandole al centralismo?, dependerá del impulso que le impregne el Gobierno Petro, pero también de que las regiones entendamos nuestro compromiso con el futuro.
*Economista. Ex concejal, diputado y funcionario público. Presidente departamental del Partido Social de la Unidad Nacional.
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