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¿Quién regula la edición literaria en la ciudad de Pereira?



Escribe: ALAN GONZÁLEZ SALAZAR*


La Corporación Luz de Luna Editores se registró en la ciudad de Pereira, según consta en el certificado de Cámara y Comercio, el 26 de septiembre de 2018, surgió como entidad sin ánimo de lucro, por lo que no asombra que declarara un patrimonio inicial de cien mil pesos ($100,000), ya que su objeto central es crear y difundir obras, libros de artistas visuales, entre otros tantos objetivos, lo cierto es que tres años después y con apenas haber publicado un par de títulos, logra hacerse a un contrato millonario con la Secretaría de Cultura de Pereira, sin pasar por licitación alguna, esto para prestar los servicios de “apoyo a la gestión para coordinar la compilación de imágenes y/o textos y la corrección de estilo y ortotipográfica de los volúmenes de las colecciones literarias”, un proceso de acompañamiento que tuvo continuidad y que para el año 2022 se extendía a ocho meses (del 28 de enero al 27 de septiembre), por un valor de 37 millones de pesos, que incluía honorarios para los compiladores, ilustradores, correctores de estilo y en el cual la corporación se comprometía también a brindar apoyo a la coordinación de la biblioteca pública Ramón Correa Mejía, es decir, al señor Carlos Vicente Sánchez, en la compilación de los nuevos volúmenes de La Chambrana y de los premios literarios de la Secretaría de Cultura, hasta aquí el recuento sería de fábula si esta contratación directa no implicara varios desastres en el cumplimiento de los objetivos antes mencionados.


Primero, debemos suponer que por asuntos administrativos o del Covid-19 a los ganadores de los certámenes literarios del año 2020, del premio anual de novela, los premios de cuento y poesía de autores locales, entre otros, se le entregara los libros a final del año 2021, en el mes de diciembre, obligando a los autores a circular su obra en el año 2022, es decir ¡dos años después de haber ganado! Dos años después tuvieron una primera presentación con los libros ya impresos, esto en la biblioteca pública Ramón Correa Mejía.


Segundo, los libros de la colección La Chambrana que ha asesorado la corporación Luz de Luna, en cabeza de la señora Gloria Estefanny Rodríguez Ospina, presentaron errores visibles de edición que fueron corregidos con recursos técnicos artesanales, burdos, como fuera el caso de solucionar la numeración del lomo del libro de crónicas “Un ejercicio de memoria: Compilación Autores Jóvenes Pereiranos” con ¡un stickers! Esto a los 5.000 ejemplares que se editaron, doblándole la cerviz a los funcionarios públicos en jornadas interminables para corregir el error, como fuera el caso del libro número 23 de la colección La Chambrana y que fue confundido con el 16, o hacer una fe de erratas al final del libro “Sin érase una vez”, porque olvidaron que los nombres propios se escriben con mayúscula inicial o cuando no fueron capaces de leer la contracarátula de “El príncipe fallido”, de Andrés Galeano, para corregir la palabra “planfetario” o los errores ortográficos también de la contracarátula de Lina María Benjumea, en fin, los volúmenes que se debían revisar no contaron con los pasos mínimos, ¡cómo van a afirmar que “Arquitecto de palabras” es una “Compilación de poetas jóvenes pereiranos” y la autora que abre la antología es la inclaudicable Amelia Restrepo Hincapié, nacida en el año de 1944…! ¡Tienen en verdad sentido del humor! ¡Impresiona el control de calidad por parte de los encargados, es decir, la corporación Luz de Luna Editores y el señor Jhon Jairo Carvajal Bernal!


Tercero, ¿han podido determinar cuántos de estos libros presentan faltas de impresión? ¿Han podido subsanar a los autores, al público lector? ¿Se ha pedido a la imprenta o a los editores que respondan por el presunto detrimento patrimonial que estos errores generan? ¿Se ha hecho la debida auditoría a estos contratos? ¿Por qué no mejoran los procesos de control y calidad?


Por último, la Corporación Luz de Luna Editores, a la fecha, se podría encontrar inhabilitada para recibir el estímulo del premio para la Edición de Textos por Sellos Editoriales Independientes de la Undécima Convocatoria Municipal de Estímulos, 2022, de la Secretaría de Cultura, esto según las Condiciones y Requisitos Generales de Participación del manual de la convocatoria, el cual manifiesta de forma expresa, clara y exigible -en el numeral 5- que no pueden participar:


“b) funcionarios, empleados públicos, trabajadores oficiales y contratistas –como personas naturales o jurídicas– que, entre la apertura y cierre de esta convocatoria, tengan vinculación vigente con el Municipio de Pereira para prestar servicios a la Secretaría de Cultura”.


Toda vez que la corporación Luz de Luna ha tenido contratación directa y simultánea con la Secretaría de Cultura de Pereira los años 2021 y 2022, como se ha visto, con responsabilidades editoriales continuas, no debería haber participado de mala fe en la segunda fase de la Convocatoria de Estímulos, vulnerando con ello el derecho a la participación en condiciones de igualdad que teníamos otros participantes, para un estímulo exiguo de 7 millones de pesos.


Título original: "Contratos, libros y premios: El caso de la corporación Luz de Luna Editores".


Fuente: ARCÓN CULTURAL*


*Suplemento de artes y ciencias de Diario EL POLITICÓN DE RISARALDA.










Pereira, Risaralda, 1987. Actor y dramaturgo. Cofundador de la revista Polifonía y del Premio Nacional de Poesía Universitaria El Quijote de Acero. Actualmente culmina sus estudios universitarios en la Universidad Tecnológica de Pereira. Ha publicado poemas en la antología Tocando el viento (Corporación Cultural Luna de Locos, 2012); Poetas del Gran Caldas (Revista Santo y Seña, Musa Levis, 2013) cuentos y ensayos en las revistas Agenda Cultural; Las Artes, suplemento literario del Diario del Otún, Polifonía y Luna de Locos. Premio Nacional de Novela Ciudad Pereira 2012, con la obra Anónimos.

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