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Pereira: Cuando las obras las "hacen" los “carteles”


Escribe: CARLOS ALFREDO CROSTHWAITE FERRO*


En su momento la alcaldía de Pereira suscribió el contrato No 4812-2021 con el CONSORCIO PROSPERIDAD VIAL CERRITOS, integrado por el ingeniero Carlos Guillermo Suarez Escobar (50%), VINCOL CONSTRUCCIONES (40%) y el ingeniero José Gabriel Vargas Carvajal (10%), para la construcción de la primera fase de la conexión avenida las Américas, desde la intersección Condina km 0+00 hasta el km 3+400 (sector el Tigre) y sus obras complementarias, conocida como Avenida de Los Colibríes. El valor inicial es de $31.862 millones y la interventoría a cargo del CONSORCIO CONDINA JJAI, y contó con el anticipo del 40%, o sea $12,745 millones.


El plazo acordado fue de 18 meses, e inició el 11 de octubre del pasado año. Lo que indica que la entrega de las obras contratadas sería el 10 de abril del próximo año, pero esto no ocurrirá; a la fecha no se ha ejecutado más allá del 15% de las obras. Las causas son las mismas que se presentan en la mayoría de los proyectos que emprende la ciudad, que no son otras que estudios previos deficientes, en una palabra, mediocres. Y esto acontece, no por la carencia de recursos financieros y de firmas o profesionales idóneos y experimentados, que elaboren estudios y proyectos en fase tres con altos estándares de calidad, garantía para construir en calidad, plazos y costos razonables, sino por no disponer de funcionarios que posean conocimiento y deseos de acertar. Generalmente los concursos y procesos convocados no permiten la concurrencia de firmas competentes. La mayoría de los que toman decisiones no tienen independencia para actuar, son simples firmones y mandaderos.


Y es que son muchas los orígenes de este nuevo fracaso en la vía Los Colibríes. Por un lado, este proyecto vial no fue el resultado de un estudio serio de alternativas, se podría decir que el trasado se lo inventaron, tratando de no perjudicar a algunos propietarios. A la fecha, del proyecto inicial queda muy poco, este se ha ido ajustando a las circunstancias que se han ido presentando, se podría decir que no hay localización definitiva, producto de la pésima gestión predial. Además, son múltiples las inconsistencias en la elaboración y recopilación de los documentos de los expedientes de los predios a intervenir, solo hasta hace pocos días se entregaron los avalúos de 48 predios necesarios para avanzar con las obras. ¿Cómo es posible qué se contraten obras de esta magnitud sin la adquisición previa de predios? ¿Cuánto cancelará de más la ciudad al comprar los predios en el 2022, luego de la famosa actualización catastral? Parece que esperaron los resultados, para proceder a comprar.


Ante este panorama desalentador, aparece otro mal presagio en el horizonte, y es el relacionado con uno de los ingenieros del consorcio responsable de la construcción. Investigaciones periodísticas de La W y del gobierno, muestran la existencia de un “cartel de los aeropuertos”, y allí aparece el nombre del ingeniero Carlos Guillermo Suarez, integrante del consorcio de la obra Los Colibríes, y también de las uniones que tienen a su cargo obras en los aeropuertos El Embrujo de Providencia; el Germán Olano de Puerto Carreño en Vichada; el de Villavicencio en Meta y el de Riohacha en la Guajira.


Por lo conocido hasta ahora, los problemas en estos contratos son graves. El aeropuerto El Embrujo en Providencia, tiene en curso un proceso sancionatorio y muchas prorrogas, avance de la obra es mínima y se busca caducar el contrato, tiene en curso una multa de $800 millones por graves incumplimientos. Y este contratista fue el encargado de la construcción del terminal, torre de control y otras obras de infraestructura del aeropuerto de Leticia, en sociedad con constructora MECO, la costarricense, cuyo presidente fue a la cárcel por corrupción.


Suarez Escobar es un contratista exitoso gracias a sus relaciones con funcionarios de la Aeronáutica, ha logrado quedarse con seis contratos para aeropuertos en Colombia, dice La W. Informan que las obras en Puerto Carreño se vencen en diciembre y no se prorrogaran, y en las de Riohacha están en proceso de declarar incumplimiento, lo mismo que en Villavicencio.


Así las cosas, la ciudad y el departamento vienen siendo pesimamente administrados, las obras contratadas adolecen no solo de estudios de altísima calidad, sino que su ejecución se contrata con miembros de carteles reconocidos por la opinión pública. Al final son los mismos con las mismas.










*Ingeniero. Dirigente político y cívico. Ex concejal de Pereira por el Polo Democrático Alternativo.

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