Colombia, el segundo país más desigual de América Latina y el Caribe después de Brasil, según datos de 2021 que recoge el Banco Mundial, da este jueves el paso definitivo para estrenar Ministerio de la Igualdad y la Equidad con la vicepresidenta Francia Márquez como su líder. El presidente Gustavo Petro firma los decretos que dan vida a la entidad que llevará una de las banderas más ondeadas por el primer Gobierno contemporáneo de izquierda, la del cierre de brechas a favor de comunidades históricamente excluidas.
Aunque el jefe de Estado tuvo que suspender su agenda en La Guajira – desde donde ha despachado esta semana junto al gabinete presidencial– y regresar temporalmente a Bogotá por quebrantos de salud, se espera que pueda presidir el acto de creación del ministerio, programado para horas de la tarde, en Riohacha, la capital de un departamento que encarna el olvido al que han estado condenados buena parte de los territorios.
La Guajira, donde habita el 20% de la población indígena de todo el país, es uno de los departamentos con mayores índices de pobreza. Las muertes de menores de 5 años por desnutrición infantil y causas asociadas son el peor reflejo de una indiferencia prolongada por décadas. De los 141 fallecimientos reportados este año ante el Instituto Nacional de Salud, 39 se han presentado en esa región del norte de Colombia.
El Ministerio de la Igualdad y la Equidad será el encargado de hacer que la mirada del Estado gire hacia donde no se ha hecho suficiente para garantizar los derechos de las comunidades, muchas de ellas con heridas abiertas que ha dejado el conflicto armado.
La lista es extensa: las mujeres, quienes representan el 51,2% de la población y son las que más padecen el desempleo; pueblos afrodescendientes, negros, raizales, palanqueros e indígenas, históricamente marginados; campesinos que han sufrido el despojo de tierras; juventud y niñez, población LGBTIQ+ y personas con discapacidad son algunas de las priorizadas. Se suman también los hogares en situación de pobreza, adultos mayores, población migrante y habitantes de calle.
La entidad abordará problemáticas como el racismo, la discriminación y las violencias basadas en género. La vicepresidenta Francia Márquez reconoce la magnitud del reto que supone su llegada al nuevo cargo. “Esto es un paso importante, un desafío enorme. Es una población gigante la que hay que atender, pero es una oportunidad para Colombia en términos de avance frente a la justicia social”, dijo en una entrevista con Noticias Caracol luego de la sanción de la Ley 2281 de 2023 que abrió el camino a la creación del Ministerio, a finales del año pasado.
“La Colombia que soñamos se construye mejor desde todos sus territorios, desde la diversidad, desde la igualdad de condiciones”, expresó en su cuenta de Twitter al anunciar la firma de los decretos que ahora implican pasar de la norma a políticas públicas que se lleven a la realidad.
La primera vicepresidenta afro de Colombia y primera ministra de la igualdad y la equidad ha vivido en carne propia la crudeza de la desigualdad. Nació hace 41 años en Yolombó, una vereda del municipio de Suárez, en el departamento del Cauca, uno de los más golpeados por más de medio siglo de violencia. Márquez se ha abierto paso en la defensa de los derechos humanos y ambientales. Trabajó limpiando casas, estudió Derecho y obtuvo en 2018 el Premio Goldman, conocido como el Nobel ambiental.
El Ministerio nace con un presupuesto para este año de 500.000 millones de pesos (unos 125 millones de dólares) que saldrán de la adición presupuestal aprobada por el Congreso de la República en una legislatura que cerró con sabor agridulce. De esta manera, termina casi un año de espera de los electores de Petro y Márquez frente a una de las promesas centrales de la campaña presidencial. Y se abren nuevas expectativas de las comunidades.
Gloria Abril, líder de una organización de mujeres campesinas, madres de personas en condición de discapacidad en Suesca, Cundinamarca, señala que el papel del nuevo ministerio será crucial. “Esperamos mejores oportunidades de educación porque la población rural carece de colegios especiales para esta población, con mejor atención en salud, ya que es muy difícil acceder a un servicio especializado, con medicinas, equipos y especialistas”, afirma.
La población LGBTIQ+ confía en que el ministerio logre articular acciones en la defensa de sus derechos. “Esperamos un Ministerio que sea escuchado, valorado y legitimado para la toma de decisiones y recomendaciones que deben acatar el resto de ministerios e institutos descentralizados. De lo contrario, puede ser un saludo a la bandera y una excusa para que el resto del Estado no haga lo que le corresponde”, asegura Marcela Sánchez, directora de Colombia Diversa.
Por su parte, Julio César González, representante del Consejo Comunitario de la Comunidad Negra de la Cuenca del Río Calima, dice que esperan contar con nuevos espacios de participación. “Es una gran oportunidad para las comunidades que hemos sido marginadas por las grandes élites de este país que no piensan en las regiones, ni en las comunidades étnicas”, subraya.
El nacimiento del Ministerio de la Igualdad y la Equidad ha tardado no solo por el trámite de la ley en el Congreso, sino por una dura puja por el presupuesto y otra por sus funciones, tamaño y estructura. Por lo pronto, se sabe que contará con cinco viceministerios: el de la mujer, la juventud, la población LGBTIQ+, discapacidad y uno adicional. Uno de los interrogantes que se debe definir hoy es si entidades encargadas de asuntos netamente sociales, como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), pasarán a ser adscritas al Ministerio, es decir, quedarán bajo su sombrilla. Uno de los pulsos que perdió Márquez, la gran impulsora del Ministerio, fue el deseo de que el Departamento Administrativo de la Prosperidad Social y los programas que administra, como los subsidios conocidos hasta el año pasado como Familias en Acción, quedaran en el Ministerio.
En el mundo funcionan más de 40 ministerios de la Igualdad, la mayoría en países de Europa como España. En América Latina están el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de Argentina; el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género de Chile, y el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables de Perú. Francia Márquez, quien ha tropezado con las barreras de una sociedad desigual, tendrá ahora la oportunidad de liderar el que nace en Colombia, un país que anhela que el futuro de las personas no dependa de su origen, sino de sus capacidades.
Fuente: EL PAÍS
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