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Especie depredadora de pez llegada de Vietnam, pone en peligro al medio ambiente

Aunque es originario del río Mekong, en Asia, fue introducido de manera ilegal a Colombia hace años. Pese a la evidencia científica y su alto potencial de causar daños en el ecosistema y especies nativas, aún no ha sido declarado especie invasora.


El pasado 4 de febrero, el Ministerio de Ambiente anunció una decisión que desde hace años esperaban científicos y conservacionistas: el hipopótamo (Hippopotamus amphibius), proveniente de África e introducido de manera ilegal en la década de los 80 al país, sería declarado una especie invasora.


Pese al revuelo de movimientos y voceros animalistas, tras escuchar las recomendaciones del Comité Técnico Nacional de Especies Introducidas, Trasladadas y/o Invasoras, la medida estaba firme. Los estudios técnicos y científicos, desarrollados por el Instituto Humboldt y el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional, ponían en evidencia los riesgos ambientales e impactos que podría generar esta especie en ecosistemas estratégicos para el país, como el río Magdalena y sus especies nativas.


Comunicados de prensa, videos, fotos, cobertura en medios nacionales e internacionales y una resolución con el nuevo listado de especies invasoras se robaron el protagonismo. No era para menos. Las especies invasoras son una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en el mundo, son responsables de la extinción de especies y afectan la funcionalidad de los ecosistemas.


Pero, mientras la declaratoria sucedía, otra especie introducida ilegalmente al país navegaba por el río Magdalena a sus anchas. Se trata del pez basa (Pangasius hypophthalmus), originario del río Mekong, en el sudeste asiático, que fue traído hace más de 10 años a Colombia, posiblemente para impulsar su producción acuícola.


Según la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap), “se trata de una especie potencial para diversificar la acuicultura de Colombia, y sería un producto contundente que nos permitiría generar empleo en el país y pensar en exportar”.

Pese a que desde 2012 el Instituto Humboldt alertó sobre su potencial invasor, la catalogó como una especie exótica de alto riesgo y manifestó la urgencia de llevar a cabo labores y políticas más estrictas de prevención, hasta la fecha no se han tomado acciones para detener su expansión.


En cambio, sí se han impulsado diversas iniciativas para “domesticarlo” y cultivarlo en el país, pero, hasta ahora, no han conseguido licencia. En agosto de 2015, pescadores artesanales confirmaron la presencia del pez basa en el río Magdalena, capturando el primer ejemplar de esta especie en el ambiente natural: una pequeña ciénaga del río Carare. El mismo mes fueron colectados otros dos ejemplares de pez basa en la ciénaga de Guarinocito, 150 kilómetros arriba del Carare. Los registros actuales suman capturas en el medio natural en al menos ocho departamentos del país, evidenciando una progresiva ampliación de su distribución (ver mapa). Toro, un pescador de Neiva, asegura haber capturado 23 de estos peces durante sus faenas en los últimos ocho años, todos cerca de la represa de Betania, a solo 30 kilómetros de la capital de Huila, en una zona cercana a varios cultivos piscícolas. El más grande pesó 14 libras.


Fuente: DIARIO EL ESPECTADOR

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