En medio de un panorama tenso marcado por las movilizaciones de transportadores en todo el país, el ministro de Hacienda y Crédito Público, Ricardo Bonilla, ha salido en defensa del reciente aumento del precio del diésel, calificándolo como una medida necesaria para la estabilidad económica del país.
El incremento, que comenzó el 31 de agosto con un alza de 1.904 pesos por galón, es parte de un plan del Gobierno para ajustar gradualmente el precio del diésel en tres etapas hasta finales de 2025. Según Bonilla, el precio del galón aumentará en total 6.000 pesos, distribuidos en incrementos semestrales de 2.000 pesos. Este ajuste, explicó el ministro, es una respuesta al déficit insostenible del Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles (FEPC), que ha mantenido congelado el precio del diésel por 56 meses.
Bonilla aclaró que no se prevén más aumentos del precio del diésel durante 2024, pero que se reanudarán en 2025. La decisión de hacer ajustes en tramos grandes, en lugar de incrementos mensuales, fue tomada en acuerdo con los transportadores, quienes argumentaron que esto facilitaría el ajuste de los fletes.
Pese a la controversia, el ministro subrayó que el ajuste es un tema técnico y no político, insistiendo en que es esencial para sincerar los precios en la economía. Bonilla también destacó que el impacto de este incremento en la inflación será controlado, estimando un aumento del 0,3% en la canasta familiar, lo que podría mantener la inflación alrededor del 5,5% al final del año.
En cuanto a las protestas, Bonilla mostró disposición para continuar el diálogo con los transportadores, aunque dejó claro que el ajuste en el precio del diésel es ineludible. Señaló que los bloqueos podrían tener un impacto más significativo en la economía que el propio aumento del combustible.
El Gobierno espera que con las nuevas mesas de diálogo se puedan encontrar consensos que permitan a los gremios del transporte regresar a la mesa de negociaciones y seguir trabajando en soluciones. Sin embargo, la postura del Ejecutivo es firme: los precios del diésel no se pueden congelar indefinidamente, y es necesario ajustar la economía a la realidad del mercado internacional.
Fuente: CUARTO DE HORA
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