Asociación Teatral “Blanco y Negro”. De izquierda a derecha: Carlos Alberto Ricchetti, Cristian Montes, Luisa Fernanda Rojas, Alonso Marulanda Álvarez, la madre de Cristian Bernal, el mismo y Rosa Elizabeth Giraldo Franco. Fernando Ladino ya se había marchado.
En una muestra más de amor incondicional al arte escénico, desprecio por lo lucrativo y desafiando una jornada que se caracterizó por una alarmante inestabilidad climática, la Asociación Teatral “Blanco y Negro” hizo la segunda presentación de su obra “El hombre que no perdió la memoria”, basada en textos de Arturo Alape, Mario Benedetti y Carlos Mukitay.
Tampoco el “Viernes Negro”, otro de los tantos nombres adoptado por la “gran barata” comercial que tiene lugar una vez al año en la capital risaraldense, logró amedrentar a los dirigidos por el actor – director teatral, Alonso Marulanda Álvarez, con la colaboración escenográfica de Rosa Elizabeth Giraldo Franco y el concepto sonoro de Fernando Ladino .
Desempeño
Los amores de Simón Bolivar y Manuelita Sáenz, revivieron a través de la magistran interpretación de Cristian Bernal y Luisa Fernanda Rojas.
Los actores Luisa Fernanda Rojas, Cristian Bernal; los mismos Marulanda Álvarez y Fernando Ladino, este último a modo de un delgado Buda nostálgico musicalizando el infinito; Cristian Montes y Carlos Alberto Ricchetti, realizaron una puesta en escena a tono con el capítulo de violencia que Colombia pretende dejar atrás. Lo cierto fue que en pocos pero muy expresivos minutos -menos de una hora- por medio de un argumento breve, riguroso y conciso, fueron capaces de lograr la síntesis perfecta de lo que se pretendió narrar durante toda la vida, sin haberlo podido lograr jamás hasta ese instante.
En una formidable versión local original del teatro bretchtiano, los presentes pudieron observar desde los asientos del Centro Cultural “Lucy Tejada”, la desgarradora visión nacida de la impotencia cotidiana, conceptualizada mediante la sagacidad de un inusual enfoque de distintas épocas de la vida colombiana, el desarrollo de cierta sintomatología a manera de símbolos omnipresentes, además de saber entremezclar personajes emblemáticos con el accionar casi siempre non sancto de las instituciones e ideologías.
Agradecimiento
Tomando la vocería de todo el elenco, Alonso Marulanda Álvarez reconoció al público su acercamiento a pesar del frío, las gruesas gotas de lluvia caidas entre el atarceder y la noche que promete no dejar de ser horrible ni cesar jamás.
La última presentación del año de “Blanco y Negro” mereció tener un marco más afortunado de público, tal vez para poder narrar otra clase de anécdota al respecto, aunque la suma de sus integrantes aseguraron fue la mejor, al igual que suelen asegurarlo todas las noches cuando actúan, haciendo verdadero teatro con un poco de maquillaje pero nada de mascaradas.
Escribe: CARLOS ALBERTO RICCHETTI